Y entonces luego de divagar y divagar, de respirar bien o mal, de muchas preguntas, de muchas respuestas, de tantas verdades ya conocidas, pero no asimiladas. De tantas palabras que en un momento no ayudan, más bien solo se acumulan en un montón de letras que tal vez un día puedan llegar a ser útiles. Se descubre que ya es innecesario seguir gastando melodías, lugares, olores, sabores o lo que se pueda utilizar para marcar las etapas, para poder ponerle un nombre a todo este… proceso?

Comentarios

La Chica del Blog ha dicho que…
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